A decir verdad no se bien si alguien va a leer estas notas o no pero realmente espero que así sea, de esta forma tal vez podamos ir creciendo profesionalmente entre opiniones y debates cibernéticos.

viernes, 7 de mayo de 2010

UNA DE MARIACHIS

Entre una infinidad de experiencias realmente para almacenar en el cajón de los mejores recuerdos que se pueden vivir en un viaje, decidimos almacenar un particular paseo al interior de un hermoso país como México, puntualmente en Arandas.
Arandas es una ciudad y municipio de la Región Altos Sur del estado de Jalisco, se encuentra a 140 km al este de la ciudad de Guadalajara.
En este lugar se encuentra entre varias otras fábricas, la planta de tequila Cazadores y Corzo, instalaciones que no analizaremos en este ratito ya que no encontraría realmente palabras para transmitir lo increíble de ese lugar. El punto es que allí me encontraba con mi amigo Gastón Arieu, Brand Ambassador multimarca para Bacardi para Argentina y la embajadora de marca de tequila Cazadores con quienes nos dirigimos a la Jima.
La Jima, para los que no estén familiarizados con el término es básicamente el campo donde nace y se desarrolla hasta cosecharse el famoso agave, materia prima con la que seguramente casi todos saben que se hace el tequila.

En una tan solo una tarde pudimos ver la tierra donde se cultiva, mezcla de montones de un color rojo y otros de color negro, el agave listo y esperando para sacrificarse y dar así nacimiento a algunos de los mejores tequilas del mundo y un millón de cosas más.
Como buen mal aprendido, pido disculpas por no recordar el nombre del jimador quien nos enseño y ayudo a jimar, los cual fue literalmente un intento por trabajar un agave de aproximadamente 4 años que, a pesar de saber que no era correcto, pelamos para aprender cómo era la tradicional tarea de estos pintorescos personajes del campo mexicano, simplemente gracias.

Nos dirigimos a la planta en sí después de bajar de la jima y vimos cara a cara como hacen estos elixires blancos, reposados y añejos, con una anécdota bastante particular que paso a detallar…

Entre los varios procesos humanos y tecnológicos llegamos a una especie de galpón donde se encontraban las cubas de fermentación del agave, lo simpático de este lugar es que a diferencia de muchas otras plantas que he tenido la suerte de visitar, no está enmarcado por un silencio sepulcral o por el sonido de maquinas y personas trabajando, sino que, según los maestros productores, mientras los propios microorganismos en su metabolismo celular energético anaeróbico consumen el azúcar, deleitan su culturizado oído con alguna sinfonía de Mozart, si, Wolfgang Amadeus Mozart quien con su música ayuda a realizar su noble trabajo día a día según los maestros, tan difícil de creer como increíblemente llamativo.

Bien, después de mucha información y la pancita llena en un almuerzo tradicional con tanto México en cada rincón que desbordábamos de mariachis, tequila, Corona, huazontle y carnitas, nos dirigimos a la barra de la recepción del visitor center de la planta.

El bar en si no es gran cosa, simplemente tienen para servir algún jugo o bebida gaseosa o algún inspirado margarita directo en un vaso con hielo. Preguntamos con Gastón cual era el cocktail de bienvenida de la casa y simplemente nos dijeron que no tenían uno y nos dispusimos a pensar.

La imagen de un cocktail y la infinidad de datos que denota su receta son a veces más importantes que el cocktail en sí y eso es exactamente lo que necesitaban. En ese lugar reciben mucha gente como visitantes, no solo turistas, sino también gente especializada en diferentes áreas referidas a la materia.

Primero lo primero, ¿Cuál debería ser el sabor?, ¿Qué sabor representaría ese lugar tan distintivamente?, exacto… Agave

No es necesario que nadie que estuvo ahí lo sepa, pero les cuento que el agave es una planta un poco desabrida, no he probado muchos cactus pero imagino que la sensación de sabor sería la misma, poco sabor. Cocida es otra cosa…
Los agaves partidos por la mitad se colocan en autoclaves, (básicamente ollas a presión gigantes), y son cocidos hasta quedar de un color café oscuro.

El sabor es realmente único, si se preguntan ¿parecido a que es el sabor?, recuerden que esa pregunta es muy difícil de responder, si alguien nos preguntara que sabor tiene una manzana sin haberla probado nunca, ¿Cómo le explicaríamos?, se parece a…muy difícil.
Lo que si podemos decir es que el azúcar del agave cocido toma un sabor acaramelado realmente exquisito, dulce, con trazos levemente amargos, sabores increíblemente complejos, como a compota acaramelada de alguna planta dulce, muy rico.

El alcohol base, si bien es redundante aclarar que sería un tequila premium, la pregunta nos muestra 3 variantes según los meses de añejamiento sabiendo que si tiene menos de 2 meses será blanco, más de 2 y menos de 12 será reposado y más de ese tiempo añejo.
Los sabores jóvenes, (Blanco y reposados de menos de 6 a 8 meses), son buenos amigos de la fruta… cuando está en su estado natural, sin embargo, cuando está cocida es fácil asociarla a los destilados añejados, es fácil ver ejemplos de notas de caramelo tanto en varias frutas cocidas a las cuales se les cuece el azúcar como en viarios destilados hechos a base de melaza, otro formato del caramelo, conclusión… la base fue, y me saco el sombrero al nombrarlo, “Tequila Cazadores Añejo”.

Infaltables para balancear un toque de limón y azúcar, y hablando de este último tengamos siempre cuidado con el azúcar flor o impalpable, ya que son azúcares extra finas y tienen tendencia a absorber humedad del medio ambiente, por lo cual el productor debe agregar almidón y diferentes geles para mantenerla seca y de paso porque no estirar un poquito el volumen otorgando en un dejo si se quiere “sintético” o “artificial” obviamente no deseado. Podemos también utilizar azúcares cocidas como azúcar morena, chancaca, y otras similares.

En cuanto a la técnica simplemente machacamos el agave en un vaso mezclador, otra técnica no creo que hubiese sido buena, ya que por ejemplo licuando no podríamos con la excesiva fibra que tiene el agave, más inclusive que un mango natural y no queremos tener que acompañar el cocktail con un vasito de mondadientes, (escarba dientes).

Resumiendo, vaso mezclador, machacamos el agave con un rodajita de limón amarillo, mitad de azúcar morena, mitad de azúcar granulada normal (ojo los aditivos), y unos 15 cc. de cazadores blanco para ayudar a machacar en un medio más amigable, solo ½ onza de Cazadores blanco, no queremos que la agresividad no quitada por el tonel haga que el cocktail nos quede con un dejo más fuerte en alcohol que el deseado.
Habiendo machacado bien todo, agregamos 30 cc. más de tequila Cazadores Añejo, todo el hielo que entre en el vaso mezclador, y batimos como si fuera la última vez, bien bien batido, hay que disolver azúcar, homogeneizar toda la mezcla, enfriar, etc., bien bien batido.

Una vez listo y habiendo abierto la coctelera servimos colando doble en un vaso largo con hielo nuevo y terminamos con un toque de soda, importantísimo ya que debemos saber que el agave machacado es un poco espeso y queremos un cocktail ligero y refrescante.

Receta en limpio:

100 grs. de agave cocido
1 rodaja pequeña de limón amarillo
½ cucharadita de azúcar morena
½ cucharadita de azúcar blanca
15 cc. de Cazadores blanco
30 cc. de Cazadores Añejo
Terminar con Soda

Ojala algún día pueda alguien probarlo, sé que es difícil de conseguir pero contarles es también un tributo a los amigos mexicanos en reciprocidad a los buenos tequilas que nos llegan a sur del mundo.

El cocktail en sí, no es muy complicado, de hecho es bien simple, lo complicado no prepararlo, sino entenderlo…

Como siempre es una humilde opinión, corríjanme si me equivoco…






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